En matemáticas, el logaritmo de un número —en una base de
logaritmo determinada— es el exponente
al cual hay que elevar la base para obtener dicho número. Por ejemplo, el
logaritmo de 1000 en base 10 es 3, porque 1000 es igual a 10 a la potencia 3:
1000 = 103 = 10×10×10.
De la misma manera que la operación opuesta de la suma es la resta y la de la multiplicación
la división, el cálculo de logaritmos es la
operación inversa a la exponenciación
de la base del logaritmo.
Para representar la operación de logaritmo en una
determinada base se escribe la abreviatura log y como subíndice la base y
después el número resultante del que deseamos hallar el logaritmo. Por ejemplo,
35=243 luego log3243=5. Cuando se sobreentiende la base, se puede omitir.
Los logaritmos fueron introducidos por John
Napier a principios del siglo XVII como un medio de simplificación de los
cálculos. Estos fueron prontamente adoptados por científicos, ingenieros,
banqueros y otros para realizar operaciones fácil y rápidamente, usando reglas de cálculo y tablas de logaritmos. Estos dispositivos se
basan en el hecho más importante — por identidades logarítmicas — que el
logaritmo de un producto es la suma de los logaritmos
de los factores:
La noción actual de los logaritmos viene de Leonhard
Euler, quien conectó estos con la función exponencial en el siglo
XVIII.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario